El llanto es la primera manera de comunicarse de los bebés, es un indicador natural que capta la atención hacia sus necesidades, pero qué pasa cuando no podemos determinar un comportamiento, como que no quiere comer. Si es tu caso, te brindamos una orientación del porqué solo llora y no prueba un bocado.
El llanto es una condición normal que refiere a una gran cantidad de problemas y complicaciones hacia el menor por el desconcierto. Para los padres representa un punto de estrés al intentar interpretar un solo estímulo para los problemas implicados. Más los primerizos cuando el lactante llora, pero no quiere comer.
Ante la situación que se niega a ingerir alimento, lo mejor es conservar la calma y revisar las condiciones en las que se encuentra el bebé. Conoce las causas que pueden conducirlo a llorar para saber cómo reaccionar si se niega a ingerir alimento.
Razones por las que un bebé llora y no come
Una de las causas más comunes para el llanto del menor son los gases o los espasmos intestinales después de consumir alimentos. Es un dolor que se presenta en el pequeño ante la sobrealimentación o la baja o nula expulsión de los gases. El alimento de la madre lactante puede causarles.
Puede darse el caso que no quiere comer por una incomodidad o dolor, por ejemplo, los cólicos. La molestia se presenta entre las 3 semanas a los 3 meses y es completamente normal. Se muestra usualmente en las tardes como al final del día. Está asociado a distintos factores.
Las molestias pueden incomodar al bebé, el cual llora para demostrarlo. Puede ir desde un pañal sucio, que exige un cambio. Sentirse con una temperatura marcada, ya sea caliente o frío al estar demasiado expuesto o muy arropado. La luz y el ruido puede ser motivo de agobio para el infante, quien puede agotarse de una manera lenta o un estímulo inesperado.
¿Qué hacer cuando un bebé llora y no quiere comer?
Si el bebé llora y no quiere comer, será necesario revisar los puntos anteriores, como verificar su comodidad, comprobar que se encuentre a una temperatura intermedia, evaluar si al ambiente es tranquilo o presenta perturbaciones como ruidos o destellos que le impiden concentrarse o incluso un cambio de postura del que se encuentra habituado a alimentarse.
En caso de no encontrar la causa de que llora el infante y por consiguiente no quiere comer, no te angusties, lo mejor es consultar con un profesional de la salud para descartar problemas médicos subyacentes, como problemas de succión, alergias alimentarias o problemas gastrointestinales.
Recuerda que cada bebé es único y puede tener preferencias y necesidades individuales. Si llora, es mejor repasar los puntos anteriores para asegurarnos de su bienestar inmediato, si aun así no come, visitar al especialista es el siguiente paso. Síguenos en nuestra página de Facebook para conocer más información.